Sobrehumana inquietud
esa que empuja tu arrogante paso
por las secas praderas de la mancha
Quedan
atrás tu descuidada hacienda
y el galgo corredor con que salias de caza
antes de distraerte ociosamente
con
anécdotas de
Palmerines o
Amadisesque
mortificándote el juicio
te lanzan hoy por esta tierra de nadie
a descubrir tus verdaderos
duelos y quebrantos.
Las armas llevas puestas
Difícilmente montas sobre el maltrecho animal
cuyo nombre
recuerda lo que antes fuera.
En tu
enfebrecido corazon escondes el secreto
de una vieja
pasion no conquistada.
Y en este caluroso amanecer de un
día de julio
al campo sales en busca de aventuras
confiando en que tu fe y tu voluntad
habrán de darte amor y fama.
Pero oteas de pronto el horizonte
y reconoces que a pesar de tus nobles intenciones
mas fuerte que tu brazo y que tu lanza
es esa triste soledad que te
acompaña.
Del
inútil intento convencido pareces ver la luz.
Nuevamente traspasas la puerta del corral
te deshaces de todos
tus pertrechos- en el establo ya has dejado la cabalgadura-
y regresas a tu lecho de
cristiano viejo
con la esperanza de
encontrar alivio en el sosiego.
Antes de acomodarte le pides
a tu Dios
te conceda el milagro de ese otro feliz
díaen que surja el
fabulador que te redima.
Otro ingenioso hidalgo
armado de una pluma
escribiendo la historia que sabemos.
Aquella
donde tu -como siempre- eres quien eres:
el invencible
héroe en
constante batalla
entretejiendo en
sueños las mas terrena gloria.
Teo Noriega
Vaya el post por Toronjo.. hermano añejo