Querida Tantriste:
Comprendo, a pesar de ligaduras indecibles e innumerables, que llego el momento de agradecernos la intimidad de los últimos meses y decirnos adiós. Todas las ventajas serán tuyas. Creo que nunca nos entendimos de veras; acepto mi culpa, la responsabilidad y el fracaso. Intento excusarme ( esto entre nosotros, claro) invocando la dificultad que impone navegar entre dos aguas durante X paginas. Acepto también, como merecidos, los momentos dichosos. En todo caso, perdón. Nunca mire de frente tu cara, nunca te mostré la mía.
Onetti.
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